Ya no quedan palabras para describir lo que volvió a hacer Olimpia en la Copa CONMEBOL Libertadores. Simplemente, una locura. Ésta vez, dejando afuera a Flamengo, el vigente campeón de América.
Con el tremendo recibimiento, por parte de las casi cuarenta mil personas presentes, Olimpia ya comenzó ganando el encuentro.
Mosaico memorable, bengalas, humos, fuegos artificiales y la histórica bandera en el sector Sur del estadio. Una verdadera fiesta.
El arranque del compromiso, no fue el deseado. En la primera aproximación, Flamengo se adelantó a través de Bruno Henrique y estiró la ventaja global (2-0). En ese momento, el Decano estaba obligado a hacer dos tantos para emparejar la serie.
No hubo tiempo para lamentos, la gente empujó y rápidamente se llegó a la paridad. Iván Torres conectó un gran centro de Fernando Cardozo y volvió a alimentar la ilusión.
En la complementaria, Olimpia jugó con mucho corazón, con garra, con ese algo que sirve en esta clase de partidos. El rival, en cambio, lucía confundido y no lograba hacer pie en el campo de juego.
El segundo, llegó a través de Richard Ortiz. El capitán metió un cabezazo soñado e hizo reventar de alegría al Defensores.
Pero faltaba la estocada final, liquidar el juego y llevarse la clasificación de manera directa. No había espacio para los penales, el equipo quería más e iba a tener merecida justicia.
Facundo Bruera, que había ingresado minutos atrás, puso el tercer y definitivo tanto en Sajonia.
Los minutos finales fueron épicos. El Mengão, con clara desesperación, buscó el tanto para llevar el cotejo a la tanda de penales. El Decano se aferró a su sistema defensivo, puso lo que debía y consiguió su objetivo: se clasificó a los Cuartos de Final de la competición.
Wilmar Roldan pitó el final y los abrazos y las lágrimas no se hicieron esperar. Olimpia, una vez mas, estaba entre los ocho mejores equipos del continente.
Se viene Fluminense, otro conjunto de Río de Janeiro. El primer choque en el mítico Maracaná y la definición en el Defensores del Chaco.
Elegimos creer.
